Sam nació con discapacidades y ahora diseña equipamiento de movilidad para discapacitados

Sam Durgin 1963 –

Sam, padre de seis hijos, nació con un pie zambo. Pasó su infancia entre una cirugía y otra. Hoy, sus pasatiempos incluyen nadar, ir a la sauna, remontar cometas y andar en su bicicleta hecha a medida. Después de asistir a la secundaria técnica, comenzó a trabajar en Rifton Equipment diseñando productos para personas con discapacidades. De algún modo, ya desde niño estaba involucrado con la compañía:

Mi papá fue uno de los primeros diseñadores de Rifton y me hizo una silla especial que me permitió sentarme confortablemente y concentrarme en mis tareas escolares. Luego, durante la secundaria, elaboré partes para productos que otro diseñador de la compañía estaba haciendo. Y, finalmente, yo mismo me volví diseñador, un trabajo que disfruto profundamente. Hay mucha interacción con los terapeutas y con los niños, al idear las soluciones, construir los prototipos y hacer mejoras.

Trabajaba con mis manos, y aún deseo trabajar, y deseo seriamente que todos mis hermanos se empleen en un trabajo honesto. Que aquellos que no saben trabajar aprendan, no desde la ansiedad de recibir un sueldo, sino a partir de un buen ejemplo.
Francisco de Asís
1182–1226

A cierto nivel, el trabajo de Sam es técnico: "Usamos SolidWorks, un sofisticado software de modelado y una impresora 3D". Pero diseñar y fabricar un producto exitoso exige más que buenas herramientas: "Requiere pasión, compromiso con el trabajo en equipo y la disposición a continuar aprendiendo cosas nuevas". Al hablar de la Silla de Actividades Rifton, un éxito en ventas que Sam ayudó a diseñar, dice:

Ya teníamos todos los aportes referidos a asientos que habíamos podido reunir por parte de los clientes. Pero para esta silla, clasificamos todos los datos y los ordenamos en una gran hoja de cálculo, de manera tal de poder ver qué asuntos eran los más relevantes. Al concluir el proyecto habíamos abordado los treinta y cinco más importantes. Fue un esfuerzo enorme, pero valió la pena. Esa silla se ha vuelto una solución habitual para personas con discapacidades. Y ahora se vende en todo el mundo.

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